RUTA DEL ADOBE
- Edith Fernandez
- 30 ago 2024
- 4 Min. de lectura
En esta oportunidad te invito a conocer la ruta del adobe en Catamarca, un circuito entre Fiambalá y Tinogasta donde recorreremos a lo largo de 50 kilómetros que separan estas ciudades, construcciones hechas de adobe entre los años 1700 y 1800 y que se conservan hasta nuestros días.
Desde el Senado de la Provincia de Catamarca se dispuso por Resolución del año 2002, decretarlo Patrimonio Cultural y Turístico.
Empezaremos a recorrer este trayecto de norte a sur,
Iglesia de San Pedro
Esta zona de cien leguas cuadradas perteneció desde 1687 al encomendero Juan Gregorio Bazán de Pedraza, quien la dividiría en dos mayorazgos: Anillaco y Fiambalá.
Desde 1720-1733, cuando Fiambalá pasa a manos de la familia Carrizo, se fragmenta paulatinamente.
En 1770 el Teniente Domingo Carrizo, el principal militar de la región, levanta en su finca la excepcional Capilla de San Pedro, bajo la advocación de San Pedro.
La tumba del Teniente se encuentra en el atrio.
La capilla es considerada una perla del patrimonio colonial por su arquitectura atemporal.
Por sus características arquitectónicas la ubican como el “punto más avanzado de la penetración cultural altoperuana en nuestro territorio”. La imagen de San Pedro se trajo desde Cuzco.
Esta construida sobre muros de adobe cubierta a dos aguas de tirantes de algarrobo.
El atrio cercado es uno de los temas típicamente bolivianos, al igual que su torre baja y achaparrada –levemente troncoidal– que apenas sobresale de la cumbrera.
Un detalle curioso es el campanario a cuatro aguas en forma de “sombrero” protector, delineado por tejas que escurren como gárgolas. perfectamente enraizada en su contexto histórico,
Es importante destacar que con posterioridad se funda el pueblo de Fiambalá, cuyo patrono es San Pedro,
Se ubica sobre Ruta Nacional Nº 60 a 2,4 km al sur de Fiambalá.

Foto: Iglesia de San Pedro

Foto: interior de la Iglesia de San Pedro

Foto: Imagen de San Pedro, traida de Cuzco.
Al lado de esta iglesia, el 2 de diciembre del 2009, se inaugura una reconstrucción de viviendas de pueblos originarios y una muestra con recuerdos de los primeros pobladores de Fiambalá.

Mayorazgo de Anillaco y la Iglesia más antigua de Catamarca
Posteriormente, nos dirigimos hacia el Mayorazgo de Anillaco, por la ruta Nacional 60 y luego de un desvio de unos 8 km, arribamos a este pueblo de 3.200 habitantes,
El Mayorazgo de Anillaco fue uno de los asentamientos agroganaderos y comerciales más importantes de la región. La producción era intercambiada por valores y joyas en metales preciosos del Alto Perú,

Foto: Mayorazgo de Anillaco
El conjunto residencial, agropecuario y religioso, fue terminado entre 1712 y 1714. En aquella época tuvo un papel relevante por su ubicación estratégica en una región desierta y asolada por las guerras calchaquíes, a cuyo término el Capitán Bazán fue honrado por el rey como Hidalgo de Privilegio. Hoy todavía asombran los restos de la edificación con estilo andaluz, dispuesta en forma de U y prolongada en un gran patio cerrado con entrada para carruajes.
La iglesia Nuestra Señora del Rosario, que data de 1712, fue declarada Monumento Histórico Provincial, y es considerada la más antigua de Catamarca.
Presenta paredes de hasta un metro de espesor y un altar trabajado en torta de barro.
En el interior de la nave es posible apreciar un retablo levantado en barro de una plasticidad y originalidad notables.
Poco tiempo antes de haberse terminado la iglesia, el capitán Bazán de Pedraza es nombrado gobernador de Paraguay. Nunca más regresa y -según algunos historiadores- la propiedad es dividida en dos. Una parte habría dado origen al Mayorazgo de Fiambalá (1739), mientras que el Mayorazgo de Anillaco fue vendido al cura Manuel Villafañez y Tejeda por 300 pesos plata.

Foto: Iglesia más antigua de Catamarca , año 1712

Foto: interior de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, Anillaco
Oratorio de Los Orqueras
Continuamos nuestro recorrido hacia el sur y nos detenemos en la Localidad de El Puesto, donde se cncuentra el Oratorio de Los Orqueras.
Los habitantes de El Puesto tienen sus raíces en las primeras familias que se asentaron a comienzos del siglo XVIII.
Esta antigua capilla familiar fue terminada en 1749. Hoy continúa en perfecta conservación y sigue siendo el destino de las procesiones por la Festividad del Rosario.
Tiene la forma de una nave única bajo un techo de vigas curvadas de algarrobo, con una torre circular. El cuidado de doña Rosa Orquera de Ávila, heredera de la familia que lo mantuvo durante décadas, conserva algunas reliquias invaluables, entre ellas una imagen de la Virgen del Rosario procedente de Chuquisaca (Bolivia)

Hotel Casagrande en Tinogasta
Y llegamos a Tinogasta, al Hotel Casagrande y final de nuestro recorrido por la ruta del adobe.
Las primeras habitaciones fueron construidas en 1897 frente a la llegada del Batallón de Cazadores de los Andes por existir un conflicto con Chile por la Puna de Atacama.
Cuando se retira el batallón la propiedad es adquirida por el chileno Rodolfo Orella que se había establecido en Tinogasta desde hacía unos años.
Posteriormente fue asiento de un funcionario del Ferrocarril Estatal y luego sede del Vicecónsul chileno en Tinogasta,
Por muchos años, fue un lugar de Tinogasta donde se realizaban eventos.
A fines del Siglo XX luego de una década de abandono, los actuales propietarios descendientes de los originales, deciden poner en valor la propiedad, reciclandola pero manteniendo sus paredes de adobe y combinando la rusticidad con el confort.
Presenta 11 habitaciones privadas y continúa ampliando sus instalaciones.
Agradezco a la señora Susana por haberme abierto las puertas del hotel y explicarnos su historia.

Foto: Entrada del Hotel Casagrande

Foto: Primeras habitaciones del Hotel
Video de toda la Ruta del adobe; https://www.youtube.com/watch?v=wWTJd9
La Ruta del Adobe en Catamarca no solo revela un valioso patrimonio arquitectónico, sino que también ofrece una profunda conexión con la identidad y la historia de la región.
A través de sus caminos, los visitantes tienen la oportunidad de explorar un legado construido con tradición y técnica ancestral, que ha perdurado a lo largo del tiempo.
Este recorrido no solo celebra la riqueza cultural de Catamarca, sino que también invita a reflexionar sobre la importancia de preservar y valorar nuestras raíces.
La Ruta del Adobe se erige como un testimonio viviente de la habilidad y el ingenio de sus constructores, y como una joya para quienes buscan comprender la esencia auténtica de la región. Así, al transitar esta ruta, uno no solo se adentra en un paisaje de belleza inigualable, sino también en una historia que sigue construyéndose día a día.
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